13 de octubre de 2006

En un principio era la lluvia...
... La lluvia también se equivoca. Afuera es invierno otra vez...

Ahora, también llueve adentro. Temprano, una gotera me despertó como el tic tac de un reloj. Caía sobre el velador con la monotonía que solo las goteras saben tener. ¿Qué hacer, entonces?

Es octubre. Mediados de octubre... y llueve.

Ahora llueve, y yo escribo para que no llueva adentro, para que las goteras no me mojen el alma
.

1 comentario:

Gabriela dijo...

... tantas veces llueve en el alma y en los ojos, lo bueno es cuando la lluvia se tansforma en rocío y en él se reflejan los colores del cielo.