15 de julio de 2007

La Compañera del Superhéroe
Para mi Amigo-Hermano...

Sobre la baranda del balcón, el Pequeño intentaba mantener el equilibrio, mientras una toalla amarrada a su cuello flameaba al viento como capa de superhéroe. Su intención era volar muy lejos. Pensaba que si volaba hasta donde sus ojos ya no podían ver -y debían, por fuerza, imaginar insospechados paisajes- encontraría allí, muchos amigos y personas cariñosas como su Abuela. Ella era la única que lo comprendía.

Fue precisamente su Abuela la que lo vio cuando se aprestaba a saltar, y gritando alarmada corrió, con pasos torpes y cansados, para intentar detenerlo. Pero sólo alcanzó a estirar instintivamente los brazos para cogerlo. Quizá fue la buena fortuna la que hizo que el niño cayera sobre la Abuela, la cual, aunque quedó mal herida, lo ayudó a amortiguar el golpe.

Mientras la ambulancia cruzaba, rauda y bulliciosa, la ciudad rumbo al hospital, el Pequeño, en un delirio semiinconsciente, repetía una y otra vez: “¿Me acompañarás, Abuela, me acompañarás?”. Y la Abuela, desde sus huesos rotos y aturdidos, respondía afirmativamente con una sonrisa.

Sin embargo, la caída había sido fea, bien fea. La Abuela consiguió salvarlo de la muerte, no así de las múltiples fracturas, que lo mantuvieron por largos nueve meses hospitalizado. Extraña y milagrosamente, la Abuela se recuperó pronto, y pudo ir a acompañarlo para hacer más gratos y amables sus tediosos días de enfermo. Y fue una suerte que eso ocurriera, pues Abuela y Nieto no se tenían más que el uno al otro como única familia. Ellos dos y una Vecina…

-A veces, más vale así- decía la Abuela- mejor un buen vecino que una mala familia.

Durante todo el tiempo que el Pequeño estuvo en el hospital, la Vecina, al igual que la Abuela, no dejó nunca de ir a verlo. Cuando llegó el día en que el Pequeño debía volver a casa, la Abuela lo despertó para darle la noticia.

-Hoy se cumplen nueve meses desde que llegaste al hospital, y ya es hora de regresar.- Luego, repitió en su oído, como si fuera un mensaje que descifrar, la frase “nueve meses”…

Aquel día, llamaron a la Vecina para que fuera a buscarlo, pero el Pequeño insistía que no era necesario, decía que se iría con la Abuela. Cuando llegó la Vecina, el médico le preguntó si el chico tenía alguna abuela. Ella puso cara de sorprendida, pero no dijo nada.

-Él siempre está hablando de una abuela- dijo el Médico- e incluso, en sus fantasías de niño, dice que ella viene cada día a verlo.

La Vecina permaneció en silencio. Después de un rato, con voz temblorosa, y sin recuperarse aún del desconcierto, contó el final de la historia.

-Sí, el Pequeño tiene una Abuela- dijo -aunque ella esté muerta hace más de dos años…

15 comentarios:

peregrina dijo...

Cuando una que escribe lee a otro que escribe, se pregunta siempre, si ha visto todo lo que hay en su texto. El niño es un soñador que quiere volar ( palabra polisémica en este texto) junto a él una abuela guardiana ( álngel guardián) que lo ve volar/saltar y cae sobre ella. Ela presencia de la vecina para distarer al lector muy bien. Muy bien el final breve y revelador .
Un abrazo

Gerardo Omaña Márquez dijo...

Interesante relato que conmueve gratamente por haber salvado la vida el pequeño.
Bonita la parte magica del relato.

Recibe un beso en tu alma.

Anónimo dijo...

Moltes gràcies. Sempre aconsegueixes emocionar-me. Has convertit una història digna d'oblit, en una altra de ben maca.
Una forta abraçada.
Tu dolorido amigo-hermano.

Leuma dijo...

Y ciertamente a veces nos protegen esos seres queridos y amortiguan nuestras caídas, aunque parece que ya se fueron, pero no, siguen ahí. Es hermoso, un beso

mel dijo...

ayy se me erizó la piel al leer, será que ellos están ahi? aquellos que ya no estaban siguen estando?? quisiera poder creer que si...

Anónimo dijo...

Que genial sería tener a un angel guardián por siempre, bueno pero me conformo con tener buenos amigos
como tu.

Un beso

Anónimo dijo...

Parece que aquella noche me hubiese equivocado...dije cosas que hoy parecen haber servido. O tal vez simplemente es verdad que eres por escrito....tal vez dije cosas sin haberte le´´ido por completo. Tal vez solo leía lo que yo quería ver y me olvidaba de la letra chica que hay en ti ...y en todos...Me encanto el texto...Me encanto pensar que podemos tener una abuela, un hermano, un amigo...un ángel. Resulto esperanzador y rayando lo fantástico me conmoviste.

amandine dijo...

mi yaya también es mi superheroina y mi avi (abuelo) habita en un castaño velando por mis sueños.


un beso dentro de los sueños.

AnaR dijo...

Creo que aferrándonos a los recuerdos es como mantenemos vivas a las personas, a los seres más queridos.Porque necesitamos que así sea...Y creo que es el mensaje contextual de tu relato.

Un abbrazo

peregrina dijo...

no quiero salir de casa sin antes desearte un FELIZ DÍA DE LA AMISTAD
uN ABRAZO!

botas de agua dijo...

qué bonita historia, Tristancio... me emocionó. Sólo algunos afortunados tenemos/tuvimos la suerte de disfrutar de la relación abuelo/nieto. Hombre de estremecedoras y enternecedoras historias, gracias por estar ahí. Besos

Alice ya no vive aquí dijo...

Me gusta pensar que la fuerza de quienes nos quieren nos acompaña más allá de la muerte. Aunque no sea verdad, es hermoso pensarlo ¿verdad? :-)

Precioso relato

Fer dijo...

Muy bueno el escrito pero sobre todo me encanta la fuerza del título, un beso (dejo mis migas en tu camino, gracias por pasar por el mío)

Anónimo dijo...

Siempre confié en el poder de las abuelas, tal vez porque aún lo siento en mi vida. Y en el de la imaginación!.

Geniales relato y personajes!.

Anónimo dijo...

me ilusionó mucho recibir aquello... donde estoy tengo contado tiempo de connexión. te contesto tan pronto como pueda. besos