25 de septiembre de 2014

El infarto de los días


A veces, tu recuerdo me duele como un principio de infarto…

En los libros de medicina que corrijo los pacientes son nadie y nadie los llora cuando mueren. “Derrame pericárdico masivo, con colapso de cavidades cardíacas y ausencia de contracción ventricular a pesar de existir actividad eléctrica” reza el informe médico como causa de muerte. Es que la medicina es así, fría como su puta madre. En las novelas, en cambio, los pacientes tienen nombre propio, como Juan o María, y se mueren de amor o, simplemente, porque el corazón se detuvo a la vuelta de la esquina, aburrido, cansado de latir sin razón. En las novelas, en los cuentos que leo, en la vida que vivo, todavía lloramos por los paros cardiorrespiratorios sin sentimientos.