6 de noviembre de 2008

Lo raro de soñar

En medio de la noche, lo despertó un grito sordo, gutural. –Ayúdenme-. No tardó en darse cuenta que quien gritaba era él mismo. Y, aunque a los pocos segundos ya no recordaba lo que había soñado, no se atrevía a cerrar los ojos para volver a dormirse. La sensación de miedo y los desarticulados latidos de su corazón se lo impedían. Estiró la mano hasta el velador, cogió el teléfono y vio la hora. Cuatro de la mañana. Faltaban, al menos, dos horas para que comenzara a amanecer. Se revolvió inquieto, las sábanas se le habían enredado en las piernas y tuvo que luchar para liberarse de ellas. Definitivamente ya no podría volver a dormirse. Decidió levantarse y, sin encender la luz, como si temiese ser visto, comenzó a recorrer la casa. Si alguien lo hubiese observado, pensaría que buscaba algo… la razón de su desasosiego, tal vez, la causa de su pesadilla. Caminó hasta la sala y se detuvo a los pocos pasos, intentando adivinar los objetos en la penumbra. -Si estiro una mano- se dijo -tocaré el estante de los libros. Y en efecto, así lo hizo y sintió la textura de la madera en sus dedos. Dio unos pasos más y se paró detrás de donde debería estar el sillón de cuero negro. Y sí, estaba allí, y palpó el respaldo como lo haría un ciego. Se desvió un poco a la derecha, buscando la mesa del comedor. Aparentemente, todo estaba en su lugar. Entonces avanzó hasta el ventanal, guiado por una delgada línea de luz que se colaba desde el exterior. Descorrió un poco la cortina. Afuera, una espesa niebla cubría la ciudad, y se hacía evidente en los haces de luz que proyectaban las farolas del alumbrado público. Miró hacia un extremo de la calle. Sólo había silencio y soledad. Sintió, en ese instante, que el mundo estaba deshabitado. Cuando giró la cabeza hacia el otro lado supo lo que era sentir que la sangre se congele en las venas. Y, aunque la figura que vio en medio de la calle, caminando hacia la avenida, le daba la espalda, pudo reconocerse en ella. –Mierda- exclamó entre dientes- me volví a dormir. Intentó, a partir de ese momento, dominar su pesadilla. Caminó muy despacio hacia su habitación, siempre a oscuras, para no despertar al que dormía. Si lo hacía, temía que su cuerpo, en triplicado, quedara vagando por la eternidad en el limbo de los malos sueños. Sin embargo, al cruzar el umbral de la puerta de su dormitorio, instintivamente -como se suele hacer cuando uno está despierto- encendió la luz y miró hacia su cama…Sólo entonces comprendió que no estaba soñando.

21 comentarios:

Sonita dijo...

sublime. seguir la narrativa, dejarse guiar por las letras tambaleantes, y, de repente, ese desenlace, algo inesperado, al bajar el telon... siempre la sensacion al irme de aqui que escribes maravillosamente.
me levanto, y saco el sombrero.!
un dulce saludo.

Anónimo dijo...

la vida es sueño...
puedes despertar de un sueño infinitamente... como en un dibujo de Esher...

Edurne dijo...

Ay, Dios, me has dejado con el alma encogida!
Los sueños son un mundo extraño. Asustan, y a mí, que soy soñadora de diario, que sueño y sueño y vago por esos recovecos infinitos, oscuros y a veces luminosos de los sueños, me has dejado encogida.
He seguido a tu personaje por su sueño, por la casa, palpando con él los muebles, la oscuridad y el miedo. Lo he visto ahí, mirándose a sí mismo, y se me ha helado la sangre a mí también...
Menos mal que ya me levanté, menos mal que son las ocho y cuarto de la mañana y la espesa niebla de la noche está disipando mi horizonte...
Qué puedo decir, amigo? Los adjetivos genial, sublime, maravilloso, magnífico, fenomenal... no me sirven. Tendrás que inventar uno (bueno, con tu escritura tiempo ha que lo has inventado!)
Un super beso orillero, maestro!

Nacho Hevia dijo...

genial...cómo he disfrutado con este relato de terror psicológico!

Castigadora dijo...

Tienes algo en la forma de contar tus historias que te atrapa dentro de las letras.

Un relato peliagudo.

Besos

Javier dijo...

Lo raro de soñar, debe ser morir cada vez, y despertarse creyendo que uno es el mismo, la misma persona... Como si semejante cosa pudiera ser posible! Ya Borges ha soñado a un hombre que soñaba a otro hombre y asi hasta el infinito le daba vida (o todo lo contrario)... Me pregunto ahora yo a partir de tu excelente cuento... ¿Se puede desoñar a alquien y asi morirlo infinitamente? ¿Por triplicado o como sea?

Un gran abrazo y tu cuento me ha maravillado,

Anónimo dijo...

me encantó ese toque de terror que te eriza la piel al leer, que increible debe ser reconocerse en una figura a la distancia....
me gusta el giro que le has dado este relato, bieen!!
un beso

Diego dijo...

Has abandonado un rato el realismo... qué buena esa versatilidad. Hay una imagen que siempre me pareció infernal, la de una ciudad deshabitada. En la película Vanilla Sky (que no recomendaría más que para ver a Cruise desfigurado) aparece una escena con la ciudad en pleno día y solitaria, ni una persona. Me parece una imagen sencillamente terrorífica. Un abrazo.

Vintage dijo...

Cuantos yo podemos tener en los sueños
Sabes una cosa?? yo enlazo los sueños
Puedo acabar hoy mi sueño y seguirlo mañana, lo hago desde siempre, no se si es consciente, pero yo lo siento como un sueño

muakkkkkkkkkkk

( acabaste las últimas paginas??)

ybris dijo...

Sueños o pesadillas son siempre raros.
Claro que la realidad es a menudo peor.
Terrible y hermoso relato.

Un abrazo.

gemmacan dijo...

La verdadera pesadilla no es el buen relato en sí, lo que llega a aterrar es el imaginar que un día te pueda pasar a ti.
Habrá que pasar la noche en vela ;)
Saludos!

chuliMa dijo...

jueeerrrrrr, con el final....juerrrrrrrrrr...se me han puesto de punta los pelillos del cogote.

aynsss..

Beshitos y gracias por la historia.

ele de lauk dijo...

"por triplicado"...
Lo tengo que pensar , imaginarlo .

Lo leí de un tirón y la sensación no me resultó ajena .

Que mundo oscuro y esclarecedor el de los sueños .

Saludos !

ÁlvaroHerrera dijo...

extrañisimo el mundo de los sueños, a veces siento q es el único lugar en q tenemos libertad plena y es íncreible lo escasamente que la usamos... otras veces la realidad de los sueños es tal q da susto dormir y hago de todo para dilatar el momento de entregarme a morfeo... y para que mencionar los períodos de seudo catalepsia que a veces me visitan...
rarísimo eso de soñar

La guapa dijo...

Que bueno que dejaste migajitas y que bueno también que te decidiste a hablar (perdón, quise decir a escribir-me) Muchos abrazos ternurosos para usted.

sb dijo...

siempre me han dado miedo esos sueños recursivos que te llevan siempre a una entrada cuando buscas la salida. En mi próximo sueño me llevaré un trozo de pan para marcar el camino de vuelta.

Ipnauj dijo...

El mundo onírico es desconcertante.

Un gran saludo.

Escena Chilena dijo...

en una de esas
de sueño en sueño
de puerta en puerta
se encontraba con jose arcadio el fundador


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y ahora si, si derrepente nos vemos

Fernando García-Lima dijo...

¿Y qué tendrá el insomnio para ser tan puñetero?

Diego dijo...

¿En qué menesteres andas, amigo?, hace bastante que no te veo. ¿Con la novela, quizás? Vuelve pronto. Un abrazo.

Anónimo dijo...

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