9 de marzo de 2009

Ruido
Tanto ruido y al final...
(P.Guerra; J.Sabina)

A veces, cuando el sueño está a punto de cerrarme los ojos, escucho el ruido del mar. Entonces, un sobresalto me despierta y descubro, con tristeza, que es el ruido de los autos en alguna avenida próxima a mi cama.

Vuelvo, en ese diminuto instante, al mapa de mi niñez, en un pueblo tan lejano como el ruido del mar que ya no existe.



8 comentarios:

Noelia A dijo...

Están un poco (in)existencialistas tus posts...
Aunque artísitcos.
Saludos

Edurne dijo...

Ya era demasiado tiempo perdido por esos malditos recovecos, amigo!
ya era hora de salir a la luz!
Bien, bien... con ruido y todo, aunque sea un ruido de la infancia, un ruido soñado, deseado, un ruido en falso, del que nos lleva a otro lugar...
La infancia y el mar, nuestro paisaje sentimental.
Besos de espuma desde la orilla del mar!

Ferran Porta dijo...

Tristancio ha vuelto! :)
Qué voy a decir yo del mar: barcelonés, enamorado y asiduo de la maravillosa Costa Brava... unos días sin mar y no soy el mismo :(

Sueña, sueña que el mar está ahí, al final de la avenida llena de coches, y quién sabe, tal vez...

Salutacions!

Anónimo dijo...

Me crié al lado del mar,.......sólo tenía que cruzar la avenida, por lo cual los vehículos están inexorablemente ligados a ese sonido, casi son lo mismo en mi cabeza, raro ehh?
un abrazo

Terapia de piso dijo...

Sólo existe en la geografía no desdibujada de tus recuerdos. Allí existe.

Saludos

José Roberto Coppola

Marta Faixedas dijo...

aquest retorn al mapa de la teva infància també m'ha portat a mi al record d'aquell poble llunyà i d'aquell soroll impressionant del mar...uns altres moments, no per més propers menys enyorats!

aimissiuuuu!

Diego dijo...

Espero volver a leerte pronto. Al menos has dado señales de vida. Un abrazo.

Manuel dijo...

Hola amigo, qué placer volver a leer tus líneas o las prestadas... cómo va la vida, mi estimado???