CACHORRO
Me apuntó con la pistola y me dijo que le diera todo el dinero. El muchacho temblaba entero, seguramente por la mucha droga que se había metido o por la falta de ella. Pidiéndole que se calmara, saqué los billetes que tenía en un bolsillo y se los alargué, pero me gritó que él sabía que yo tenía más y, a punta de pistola, me obligó a subir al dormitorio. Le dije que no era necesario que me apuntara, que le daría todo lo que tenía y de uno de los cajones del ropero saqué el dinero que mi esposa siempre dejaba allí, por eso de que nunca se sabe, como solía decir ella. Se guardó los billetes y bajó la escalera de tres zancadas. Sin embargo, al instante volvió a aparecer en la puerta de la habitación. Me miró algunos segundos. Ya no me apuntaba. Inclinó la cabeza hacia un costado como un cachorro indefenso y me dijo: “Perdona, papá…” y salió corriendo.
7 comentarios:
Uf, el final me ha dejado...!
Qué palo, no? Tu propio hijo y apuntándote con una pistola!
Eso tiene que ser terrible!
Y hay tantos casos así!
Pero, volviendo a lo literario: está muy bien logrado el efecto que quieres conseguir: impacto en el lector, sorpresa al llegar al final!
Para qué le voy a decir más, profe!
Muy bueno!
Un super abrazote, así, con mucho viento de primavera!
Las 08:30, me voy a la escuela, que usted tenga un buen día también!
;)
Impactante !!!!!
Pero leí que tus cuentos eran "tristes" para que "NO" se pareciesen a la realidad...
Saludos
Merce
LLego a este "recoveco" desde Beauséant
Cada hijo sabe como conseguir su mesada.
Un gran saludo.
¡Guau! Ha sido un jarro de agua fría todo el relato, con uno de los finales más impactantes que he visto en mucho tiempo. Me ha encantado.
Un beso.
y lo peor es que volverá a casa horas más tarde y su padre le abrirá de nuevo la puerta..
nunca se deja de ser padre una vez que has dado el paso.
siempre has sido genial.
Sigo admirándote desde lejos. Ya lo sabes.
great!!! thanks
JP Arcis
Publicar un comentario