13 de octubre de 2013

Duérmete niña...

“Había una vez…”, repito, y me quedo un rato en el suspenso de los puntos suspensivos. Ya le he contado esta historia no sé cuántas veces, pero ella no se duerme. Tal vez tiene hambre, pienso, buscando la causa de su desvelo, y vuelvo a revisar su pañal para asegurarme que esté seca. Qué remedio… no me queda más que sobreponerme al cansancio y continuar con el cuento que, a estas alturas de la noche, parece el cuento de nunca acabar: “Había una vez una princesa  tan distraída, que cada día había que contarle su propia historia para que no se olvidara  de quien era…”

Por fin, después de no sé cuántas vueltas a la historia, desde la lejanía de un mundo que es solo de ella, mamá me mira, sonríe… y se duerme.

(Y son siete los años de estos malditos recovecos...).

5 comentarios:

Beauséant dijo...

hacerse mayor es volver a ser pequeño, como si la vida y nuestros errores fuesen rutas circulares...

Una Pequeña Princesita dijo...

Qué lindo post. Me llegó al corazón.

Unknown dijo...

Bello

Unknown dijo...

Bello

eSadElBlOg dijo...

muy bonito