25 de septiembre de 2014

El infarto de los días


A veces, tu recuerdo me duele como un principio de infarto…

En los libros de medicina que corrijo los pacientes son nadie y nadie los llora cuando mueren. “Derrame pericárdico masivo, con colapso de cavidades cardíacas y ausencia de contracción ventricular a pesar de existir actividad eléctrica” reza el informe médico como causa de muerte. Es que la medicina es así, fría como su puta madre. En las novelas, en cambio, los pacientes tienen nombre propio, como Juan o María, y se mueren de amor o, simplemente, porque el corazón se detuvo a la vuelta de la esquina, aburrido, cansado de latir sin razón. En las novelas, en los cuentos que leo, en la vida que vivo, todavía lloramos por los paros cardiorrespiratorios sin sentimientos.

3 comentarios:

Beauséant dijo...

supongo que por eso hay tantos médicos con cero empatía a sus pacientes, porque han leído esos libros y han dejado de ver personas para ver pacientes...

Sergio Saavedra Rivera dijo...

Así es, en la vida que vivo aún me duele el corazón cuando pienso en qué haría si me faltara quien amo, si me faltaran los míos y las mías, si me faltara esa pasión que mueve mis días… Pero eso a nadie le importa, especialmente aquellos que tienen ese título que les permite jugar a ser Dios…

Edurne dijo...

Lo dices escueto y exacto.
Te lo comentan, tal cual es...
Y yo?
Pues yo digo que mi corazón sufre de altos y bajos, que llora y se altera, corre, trota, cae rendido, muere y resucita al momento...
Infartos a mí!

Molt bé!
Besos y aplausos, don profe!
;)