El Apocalipsis según Santiago (2)
...la puta casualidad fue la que se encargó de aquel encuentro.
En una ciudad de millones de habitantes (ya no sé cuántos somos), dos que se conocen, se encuentran. Uno de ellos va aceleradísimo, hablando por teléfono, seguramente atrasado a alguna cita; el otro, simplemente vaga (porque no sabía, en realidad, qué más hacer). Se ven, repentinamente. El desaforado latir de las venas de la ciudad hace que no se reconozcan, casi. Sin embargo, se reconocen. Un confuso "hola", un beso torpe, un gesto indefinido (como de desconcierto), y una o dos miradas (las de ellos), que se pierden en medio de los infinitos mapas cotidianos. De fondo, gritos metálicos (las micros todavía eran amarillas).
...la puta casualidad fue la que se encargó de aquel encuentro.
En una ciudad de millones de habitantes (ya no sé cuántos somos), dos que se conocen, se encuentran. Uno de ellos va aceleradísimo, hablando por teléfono, seguramente atrasado a alguna cita; el otro, simplemente vaga (porque no sabía, en realidad, qué más hacer). Se ven, repentinamente. El desaforado latir de las venas de la ciudad hace que no se reconozcan, casi. Sin embargo, se reconocen. Un confuso "hola", un beso torpe, un gesto indefinido (como de desconcierto), y una o dos miradas (las de ellos), que se pierden en medio de los infinitos mapas cotidianos. De fondo, gritos metálicos (las micros todavía eran amarillas).
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Las miradas se perdieron (sin remedio).
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La puta casualidad nunca fue tan puta... (los seres que se habían encontrado, nunca más volvieron a encontrarse).
14 comentarios:
Debe ser el destino de la mayoría de los encuentros: el no volver a encontrarse.
Menos mal que siempre quedan algunos que se repiten como excepción
Abrazos
Quizá sirvió el encuentro para afianzarse en la idea previa y tener certeza, ¿Siguen los perros por ahí en esta segunda parte?
un abrazo
¿Te he dicho alguna vez que el diseño de tu blgo y el del mío son iguales?:P
el destino, que destino? algunos dicen que tenemos el destino escrito, yo voy por ellos, todo pasa pro algo, y quizas esos dos se volveran a encontrar en algun lado de nuevo y todo al revez... el que vaga apurado a una cita y el que hablaba vagando por que le fue mal en la cita que tubo anteriormente....
saludos tristancio señor de los perros....
a veces no hace falta reconocerse, con conocerse es más que suficiente.
Las ciudades son centro de poder, centros magicos. Miles de vidas abiertas, vertiginosas, entre las nuevas cuevas de hormigón, declinando, buscando, olvidando. ¡Oh, ciudad, escóndeme con tu manto de hierro y polución, aunque tu tributo sea la muerte lenta!
que triste, a veces quisiera que esos encuentros (duran tan poco y se recuerdan tantas veces)nos llevaran a la animacion suspendida, pero al tiempo le importa un carajo las necesidades humanas.
Primera visita al post, me hiciste pensar...
si lo permites vengo frecuentemente.
Saludos desde mex.
Espero que no quede en la tinta de la ficción... Siempre me he preguntado qué habría sucedido si me hubiese atrevido a dar el paso y cazar a tantas miradas que me cautivaron en el metro, la calle, la micro, el tren, la plaza... el amor parece ser sólo para valientes!...
Saludines!!
la palabra micro ha quedado marcada en mi memoria.
Ahora sé además que hubo un tiempo en que fueron amarillas.
Dos que se conocen no se encuentran, se buscan sin saberlo.
No estoy muy segura de lo que acabo de decir, pero queda bonito....
:P
abrazo desde el frío que no me hace falta imaginar.
Puto destino quizás...
Un beso rojo y un abrazo
¿y si?
Mejor olvidar
besos bailarines
hola profe, gueno , no tengo mucho k comentar del su ultimo texto ee me dejo,pensando en que soy piti y casi nunca saludos por que nno veo,a siertas horas
eso
adios
a mi texto esta en mi blog,..
adios
Hugo
TE LEO, Y TE QUIERO...
SIEMPRE...
SIMPLEMENTE...
fui yo la lorena....no salio mi nombre, pero ya lo sabes
A veces uno se encuentra con quién debe olvidar... Duele, sí, duele. Pero siempre hay un consuelo.
Te quiero Mucho
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