2 de junio de 2009

Saber llorar

-Quiero que sepa llorar…

Se quedó callado, dejando la frase con puntos suspensivos. Yo esperé a que continuara.

- … quiero que pueda llorar cuando le duela el mundo. No que llore simplemente porque se cayó y se rompió una rodilla, o porque no tiene el juguete que quiere. Quiero que sepa y pueda llorar por el dolor de los otros, por la pena ajena. Llorar por y con los otros es el primer paso para hacer algo por ellos… Porque uno también forma parte de los otros.

-No son palabras muy optimistas para darle la bienvenida a tu hijo- le digo, y él parece no escucharme.

-¿Sabes qué me preocupa?

Lo miro y le respondo con un gesto.

-Siento que el ser humano está perdiendo la capacidad de conmoverse, y eso me asusta. El llanto está en vías de extinción.

-Pero que el llanto desaparezca puede significar también el fin del dolor- le digo, tratando de quitarle el tinte pesimista a su discurso.

-O que el dolor no nos importa- remata él.

Pausa larga. Afuera, tras los ventanales de la sala de espera, amanece.

-¿Y no quieres que sepa reír?-. Ahora soy yo quien interroga.

-Sí, pero para reír de verdad, primero hay que saber llorar.

-Estás imposible- le digo, riendo y palmoteándole la espalda.

Ambos reímos y nos abrazamos. Estábamos en eso cuando una enfermera lo vino a buscar.

-Bah, ve a recibir a Juanito- le digo, empujándolo suavemente, porque se ha quedado como paralizado.

Antes de que se pierda por el pasillo le digo alzando la voz para que me oiga:

-¿Por qué Juan?

Se gira, se encoge de hombros y me dice:

-Es el nombre más sencillo que encontramos.

Ya había comenzado a llorar…
(Para Elna, Marçal, Anna i Jordi).



22 comentarios:

Edurne dijo...

De puro sencillo, es hermoso.
El llanto, la risa...
El llanto lo primero con que nos presentamos en este mundo.
Estoy de acuerdo, hay que saber llorar.
Yo lloro mucho, siempre he llorado, soy una llorona... pero también me gusta reír!
Besos!

Santiago Paz dijo...

Un texto lleno de una sutil sonrisa detrás de la desesperanza, del temor a olvidar que no hay risa sin un llanto. Una dualidad que necesariamente debe de existir. No por nada uno a veces llora, pero de felicidad. Y rie, cuando quiere esconder la pena.


Un abrazo.


Santiago.

Terapia de piso dijo...

La belleza en la sencillez. Esa que pocos podemos ver. Muy pocos.

Un saludote.

José Roberto Coppola

AnaR dijo...

Hay que saber llorar hacia fuera...con lo mal que se me da este matiz, tu relato ha sido casi como una lección a aprehender.

Un abrazo ,intentando desperezarse.

Laluz dijo...

Como decía Girondo:

Abrir las canillas, las compuertas del llanto. Empaparnos el alma, la
camiseta. Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto. [...]

Llorarlo todo, pero llorarlo bien.

Gracias por las migas.

Nico dijo...

Me gustó, es como no sé... De repente pienso lo mismo.

Anónimo dijo...

¡que lindo!... hermoso diálogo... de lo enrrollado a lo sencillo.
Saludos

ybris dijo...

Los de la generación de "los hombres no lloran" nos hemos perdido mucho.
Sobre todo el reír como superación del dolor manifestado.
Y es que el venir al mundo llorando no era más que el ruido de la garganta al respirar.

Formidable relato.

Abrazos.

Sergio Saavedra Rivera dijo...

Hoy con tiempo para recorrer estos sitios que he dejado olvidados por ahí. Grato es leerte de nuevo amigo Tristancio... El llanto y la risa es lo único que les queda a muchos y muchas...
Saludos amigo...

Sonita dijo...

las lágrimas lavan el alma, dicen.
es un hermoso relato lleno de humanidad.
un dulce saludo.

Pabla Andreína Alkáiaga dijo...

llorar nos humaniza, yo lloro de vez en cuando, es una terapia, me siento más viva.

y sí, llorar para reir, reir para llorar.



me gustó.

Castigadora dijo...

Hermoso. Es lo primero que se me vino a la cabeza. Tremendamente hermoso.
Es cierto que estamos perdiendo la capacidad para conmovernos. EL corazón se nos endurece con el tiempo. Hoy día son pocos los que se atreven a llorar. Es tan triste que podría llorar, pero no se si me atrevo!

Besos

Beauséant dijo...

nos aterra mostrar debilidad, por eso vamos perdiendo la capacidad de mostrar lo que somos, creo que ser adulto es, en parte, precisamente eso ;)

eSadElBlOg dijo...

me gusta ese planteamiento. No soporto a la gente que llora demasíado, las lágrimas hay que reservarlas sólopara las cosas que merecen ser lloradas. Un beso

tierragramas dijo...

qué alegría me da volver a leer blogs, y sobre todo encontrarme con joyitas como esta.

Es un gran texto. Estoy de acuerdo con Santiago paz, si bien pareciera un diálogo amargo, deja una sensación con el dedo pulgar en alto.

Mis felicitaciones

H dijo...

El dolor es parte del ser humano, aunque no te lo enseñen, lo sientes.

Mónica Sánchez Escuer dijo...

Siempre es un deleite visitar tu blog. Hace tiempo que no te escribía nada pero hoy, en este sencillo diálogo entre la risa y el llanto, quise pasar ldespués del punto final a dejar una sonrisa. : )

Vintage dijo...

Al leerte me miro a mi misma, diciendole a mi hija, llora cuando algo te duela, no lo guardes, no tengas una caja de mierda escondida, llora rie, salta, hazlo todo a lo bestia, ya tendrás tiempo de canalizar

ainssssssssssss
q gustito leerte
uakkkkkkkkkkkk

Unknown dijo...

Preciosooooooooooooooo
Recordar que tambien lloramos de alegria, y que si hay que llorar y no aguantarse. Es bueno expresare como uana se sienta.

Saludos caribeños

Anónimo dijo...

muy bonito relato, que quieres que te diga yo también aprendí a llorar. Lo malo es que no se como deterner el llanto.

Un abrazo

Ipnauj dijo...

Por una lágrima, mil sonrisas.

Un gran saludo.

Fernando García-Lima dijo...

"El ser humano está perdiendo la capacidad de conmoverse". No puedo estar más de acuerdo... y tampoco practico mucho con el ejemplo...

Qué lástima...