A decir de él
“Que un viejo amor, no se olvida ni se deja.”
El sol mezquinaba sus rayos y los dejaba caer sobre el patio del asilo como aletazos de pájaro herido. Sentados a lo largo del corredor, los abuelos desentumecían sus cuerpos, y trataban de aferrarse a la cola de un recuerdo que los abandonaba. La voz de Gardel, que salía de una radio vieja y desafinada, les entibiaba los huesos del alma. Algunos, que todavía tenían la noción de domingo, esperaban por si alguien venía a visitarlos; los otros, simplemente vagaban por las desmemoriadas horas de sus últimos días.
Zenón era de aquéllos que no esperaba a nadie, pero no porque su cabeza se hubiese olvidado de todo, sino porque no tenía a nadie a quien esperar. A decir de él, su piel se había jubilado de caricias y su boca de besos antes de los cuarenta. Por ese entonces, había asumido que lo único cierto en su vida era que moriría solo.
A decir de él: “Al otro lado del amor, no hay nadie esperándote…”
.
.
.
13 comentarios:
Pura poesía, caballero!
Y breve.
Y éste sí que es certero!
Y triste también, pero completamente real.
Y como decía Gracián: "Lo breve, si bueno, dos veces bueno"!
Superabrazo!
;)
Que tremendo. Era como estar recordando los momentos de asilo de mi bisabuelo.
Me gusta mucho cuando hablas de Gardel, que le entibiaba los huesos del alma...
Saludos profe!
Es tan triste que no puede ser cierto.
Un abrazo esperanzado.
Se siente la tristeza. Tan corto el amor y tan largo el olvido, dice el vate.
Un abrazo.
Santiago.
hola gracias por el comentario :)de verdad.
Me gusto mucho lo que escribes y creo que "a decir de el" es realmente bueno en la ultima parte, me gusta mucho cuando leo y puedo imaginarlo y con tus cuentos me paso eso.
saludos! escritor.
lo bello y lo triste
Qué tristeza... un fiel reflejo de esa realidad de las residencias.
Mezquinar... Entibiar... Jubilar de caricias...
Los leí todos!!!...sip, me gusta como escribies, bueno hoy en clases te comento mas...yo me arme un blog, por ahi te das una vuelta.
es: polisemia y ciclope
A los 20 años solemos bailar en el centro del mundo, a los 30 erramos en el circulo. A los 50 caminamos en la circunferencia, evitando de mirar al interior como al exterior. Mas tarde, son los niños los privilegiados, y los viejos se han vuelto invisibles.
Me gusta tu blog. Saludos y buen fin de semana!!
Jeje, pues sí, aunque ultimamente más en español que catalán.
Abrazo grande.
D.
Guau! Vaya tela! Tristisima la situación de esos ancianos! Cada vez hay más y es peor
Un saludo
bufff
por llevar la contraria a Ybris (una sola vez, prometido) diré que es tan triste que tiene ser cierto..
Usted es el amo y señor de los cuentos tristes. ¡Qué bueno que estan en sus manos!
Saludos.
Publicar un comentario