Cuentos tristes (para que parezca mentira la verdad).
22 de agosto de 2011
Artilugio
Fue allí, en esa frontera incierta entre mi casa y el mundo, justo en el momento de la despedida, después del beso incluso, cuando -así como que no quiere la cosa- me lo dijo: “Dejé mi cepillo de dientes en tu baño…”
5 comentarios:
Y sin duda, empezó una nueva etapa, así, como quien no quiere la cosa...
Es que estas historias, siempre empiezan así, como quien no qiere la cosa...!
Un abrazote
;)
El cepillo de dientes es un arma estratégica de ocupación ignorada por todos los manuales militares del mundo :)
Los cepillos de dientes son siempre un punto de no retorno. Un antes y un después.
Con el encantador desgano con el que se dicen a veces algunas frases sencillas pero perdurables.
José Roberto Coppola
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