7 de abril de 2009

Primer Acto

Y ahí está… una vez más, detrás de la cortina, esperando que comience la función. Del otro lado, el público, que como siempre espera su mejor actuación. Si supieran que no me gusta mi papel… Para no pensar, se concentra en una gota que le recorre la espalda. Sabe que los largos segundos que faltan para que el telón se descorra, inevitablemente, llegarán a su fin, dejando su cuerpo desnudo a la vista del mundo. Porque sí, en esa primera escena él está desnudo. Respira profundo, resignado. La cortina se desliza como sin ganas. Entonces, en un gesto desprovisto de toda teatralidad, alza un brazo y coge la toalla del perchero, sale de la bañera y se seca frente al espejo. Piensa. A veces, el show no debería continuar.
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(Para f., a falta de una mejor actuación).
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1 de abril de 2009

Sin título

Escogí la vía lenta para el exterminio. Pensar. Habría sido mejor, tal vez, si hubiese optado por la droga, que al menos, en algún momento del camino hacia el desbarrancadero, te da algo de placer… dicen. Alguna vez lo intenté, a decir verdad, pero debo ser un caso perdido, pues ni vocación de drogadicto tenía. A eso llamo yo no tener ni una puta afición, o adicción en este caso. Escogí, como dije, la vía lenta para el exterminio. Contar el tiempo. Miro el reloj. Las nueve y media. Otra vez llegaré a la conclusión de que no vale la pena levantarse. Me llevo las manos a la frente. Mis dedos tocan algo extraño. Tengo una cicatriz en la sien, pero por dentro.